jueves, 27 de marzo de 2008

Del sueño a la pesadilla

Era un negocio pequeño, pero estaba orgulloso de el. Cuan uno mismo a construido una obra se siente algo especial hacia ella, un sentido de pertenencia, algo mágico que lo une a uno con la creación realizada. Es por eso que se trabaja tan duro y al mismo tiempo con tanto animo y amor en la empresa que es propia. Me acuerdo que en aquellos días me levantaba a las 5:00 a.m. trabajaba todo el día, llegaba la noche y seguía trabajando y salía a las 9:00 o 10:00 p.m., en ocasiones seguía de largo hasta el otro día , hasta que físicamente no daba mas. Dormía unas pocas horas, me bañaba, me comía un buen almuerzo y a seguir trabajando. Nadie te dice que lo tienes que hacer, nadie controla tu horario, tú eres el jefe, el dueño del negocio, decides cuando llegas y cuando te vas. El amor por tu obra a veces te puede segar frente a realidades que la pueden poner en riesgo o hasta destruir. A veces se es tan celoso con las obras propias que podemos caer en el error de creer que son perfectas y no tienen puntos vulnerables. Pero la verdad es que todas las creaciones humanas son muy imperfectas y no tienen un talón de Aquiles, sino muchos por donde se puede caer todo lo construido.

No se como y cuando comenzó el caos, pero de repente, los clientes empezaron a quejarse por atrasos en las entregas de los desarrollos de software. Yo doble mis esfuerzas, pero no bastaron. Mi socio el gerente comercial, tuvo que abandonar el país, por problemas personas. Esto nos desestabilizo un poco, por que contábamos con su fuerza de trabajo, es así como yo empuñe la espada para combatir en la guerra del mercado, y me arme de valor y mucho entusiasmo para dirigir el departamento comercial y a la vez dirigía los proyectos de desarrollo. Era muy difícil, ahora que lo pienso, creo que era imposible que una sola persona lo hiciera bien, pero el afán de salir adelante, la confianza en mi mismo y mi amor ciego por la empresa me impulsa a realizar esta locura de hacer muchas cosas a la vez. El resultado fue, que aumentaron las ventas, eso esta muy bien, pero los trabajos cada vez se atrasaban mas, por que yo estaba muy ocupado dirigiendo y capacitando al grupo de ventas. Yo pensaba que era más importante vender, por que había que generar recursos, para cubrir los compromisos económicos con los bancos, pero aunque vendíamos, teníamos poco movimiento de cartera, nuestro flujo de caja era bajo, aunque teníamos unas cuentas por cobrar muy buenas. Así que mi socio, el soñador y yo, nos reunimos en junta extraordinaria, construimos una proyección sobre las futuras ventas y la recolección de cartera y sobre eso realizamos gestión para conseguir un crédito con el banco. Nuestra idea era cubrir los pasivos mas urgentes (servicios, nomina, bancos), mientras recogíamos la cartera y realizábamos mas ventas. En el papel se veía muy bien, en menos de un año, pagaríamos la deuda y estaríamos en el punto de equilibrio. Esperamos un mes largo, y salio el crédito del banco, nos alegramos y hicimos una algarabía grande, nos felicitamos por la gestión bancaria y nos desembolsaron el dinero. En menos de 15 días ya habíamos ejecutado todo el presupuesto, pagamos lo que debíamos, quedamos al día, incluso contratamos a un nuevo gerente comercial y arrancamos de nuevo. Estamos muy entusiasmados por la aparente recuperación financiera, auque en realidad lo único que hicimos fue endeudarnos a mediano plazo para cubrir unos pasivos de corto plazo. Eso no afecto nada nuestro flujo de caja, mas bien, disminuyo nuestra liquidez, por que ahora teníamos que pagar mas dinero a los bancos cada mes, y nuestra recuperación de cartera seguía igual, por que no habíamos atacado el problema fundamental; terminar a tiempo los trabajos de desarrollo de software para satisfacer las necesidades de los clientes. Auque resulte obvio que lo primordial era atender los clientes y cumplir con los trabajos, en esos momentos creí que esa parte la tenia controlada, que yo solo la podía manejarla y le di mas importancia a lo urgente, a lo inmediato. Es así como comenzamos a declinar lentamente, mes tras mes.

Los primeros meses los pudimos pasar a ras, por que recuperamos algo de cartera y seguíamos haciendo ventas. Nuestra ventaja era que nuestro producto era bueno, teníamos una fuerza de ventas activa, y un muy buen precio. Nuestra gran desventaja producíamos mas lento de lo que vendíamos así que cada ves nos atrasábamos en las entregas, y nuestra cartera cada vez crecía mas.

En la lectura rápida de un balance contable esto puede pasar desapercibido, por que la cartera es un activo, es un bien, un derecho, causado pero no realizado. Así que puede reflejar estabilidad y el activo puede aumentar, pero la empresa puede que no tenga liquidez. Ese era nuestro caso. Trabajamos incansablemente, las cosas pasaban muy rápido y había que tomar decisiones ya, por que nada podía esperar (otro error). Creíamos ser grandes empresarios, haciendo movimientos de ajedrecistas para sacar adelante nuestro imperio tecnológico, pero solo éramos un par de novatos caminando a tropezamos, como cuando los bebes están aprendiendo a caminar. En el azar de los días pedimos más dinero prestado a los bancos, y por que nuestro comportamiento crediticio era bueno, no dudaron en prestarnos más, es así como terminamos enduendados en cerca de 100 millones de pesos. Esa cifra para un colombiano promedio, es toda una fortuna, con ese dinero, alguien podría acomodarse y dejar de trabajar, solo es comprarse una casa y un taxi y listo, ese es el sueño de muchos, aunque en lo personal, no es mi sueño, no ambiciono para nada tener 100 millones quietos y ganar al mes escasamente para comer y dormir. Prefiero deber 200 millones, ganar mucho, darme mis gustos y generar empleo y ayudar al desarrollo de la nación.


Vivimos en un mundo de incertidumbre, no sabemos que nos depara el destino, podemos caer en el más profundo abismo mientras caminamos en un bello valle, pero también podemos encontrarnos con un hermoso río, y refrescarnos, beber y descansar. Yo prefiero pensar en el río en vez que en el abismo. Ser positivos, aunque suene una frase de cajón, es la mejor alternativa de mirar la vida, frente a ser negativo, paranoico, inseguro, apocalíptico, excesivamente realista y pragmático. Yo prefiero ser soñador, tener fe, tomar unos cuantos riesgos en la vida, probar cosas nuevas y tener retos grandes. Como dice una canción de Facundo Cabral: “Es mejor gastarse andando que cuidarse en un lugar”.

1 comentario:

Unknown dijo...

y cual fué la pesadilla?